martes, 14 de febrero de 2012

0027 LEER MÁS




La celulitis, es una defensa orgánica de la mujer. El organismo aloja en nuestro trasero el exceso de grasa que comemos, en vez de taponar nuestras arterias.  Por eso los hombres sufren infartos en mayor número  que las mujeres.  Yo tenía la certeza que había un motivo. ¡Dios no podía ser tan injusto! Con razón. Entonces lo que yo tengo no es un gran CULO sino una buena y panorámica DEFENSA… Menos mal. Me quedo tranquila.
TORMENTA DE NIEVE EN CHICAGO

"LEER MÁS" APUESTA POR GANAR EN VELOCIDAD, NO EN COMPRENSIÓN

La iniciativa del Consejo de la Comunicación aspira a una meta millonaria en horas de lectura, pero especialistas en la materia cuestionan el objetivo. Empresarios la defienden.

Un día antes de que arrancara la nueva campaña de fomento a la lectura del Consejo de la Comunicación, Scot Rank, presidente ejecutivo y director general de Walmart para México y Centroamérica, prometió que sus empleados lograrían, al menos, un millón de horas de lectura en un año, casi la mitad de la meta que se ha impuesto esa iniciativa.

Sin embargo, nunca dijo cuál sería la estrategia para hacerlo, tampoco si ya tenía un diagnóstico de cuántos de sus empleados tenían interés en leer o que al menos ya hubieran comenzado una campaña interna de convencimiento.


Esa empresa y muchas otras de las que se han sumado a la iniciativa “LEER MÁS”, cuyo objetivo es “impulsar el hábito de la lectura entre los empleados y sus familias, para alcanzar entre todos dos millones 12 mil horas de lectura en el 2012”, no dijeron cómo emprenderían esa titánica tarea que carece de directrices o lineamientos generales de fomento a la lectura.

Pablo González Guajardo, presidente del Consejo de la Comunicación, asegura que serán las propias empresas quienes definan sus estrategias. “Partimos de la base de que son empresas de primera calidad, muy responsables; que todos los que ya arrancaron buscaron a especialistas para asesorarse, estamos seguros que las recomendaciones y planes que lleven a cabo serán muy exitosos”.

Sin embargo, Paloma Saiz, promotora de la lectura que ha impulsado proyectos como “Para leer de boleto en el metro” y “Letras en guardia”, sostiene que son campañas sin contenidos.

“Estas mismas campañas estarían bien si fueran acompañadas realmente de programas de Estado que al mismo tiempo fueran apoyadas por una campaña de publicidad para de alguna manera poder involucrar a toda la sociedad”.

Felipe Garrido, especialista en la lectura y recientemente reconocido con el Premio Xavier Villaurrutia, coincide en la necesidad de que la lectura debe ser prioridad en la educación, que hay que promover la lectura en las escuelas, hacer maestros lectores y no ver la lectura como una actividad externa.


El problema de las mediciones

Pero no sólo no hay solidez en las bases de la campaña “LEER MÁS”; no ha habido sensibilización entre quienes promoverán la lectura al interior de los corporativos, esos que los empresarios llaman “champions”. Más allá de eso, hay un afán por medir las horas de lectura que logren los empleados de cada compañía y se han impuesto alcanzar 2 millones 12 mil horas entre el 1 de febrero de 2012 y el 1 de febrero de 2013.

Garrido es muy crítico respecto a la medición, pues dice que no es ejercicio físico ni una preparación para correr maratones, si fuera así entonces sí se tendrían que proponer metas en el tiempo, las distancias o en la velocidad para cumplirlas. Porque lo más importante en lectura no es la velocidad a la que se lee, sino el nivel de comprensión que se alcanza. “No se trata de batir récords, no son importantes las cifras, lo más importante es crear hábitos de constancia, saber que uno va a dedicar tiempo a la lectura todos los días”, afirma Garrido.

Para Paloma Saiz imponerse metas en horas de lecturas es absurdo. “Lo ven como un problema de números, en lugar de decir ‘impactamos con la lectura a tantas personas’, lo que dicen es ‘hemos alcanzado tantas horas de lectura’. Yo me preguntó ¿cómo lo van a hacer, van a obligar a la gente a leer o van a hacer que la gente descubra la lectura por placer?”

La promotora reconoce que la propuesta de promover la lectura entre empresas es muy buena siempre y cuando estuvieran asesorados por expertos porque la lectura debe llegar a todos los niveles “no debe ser solamente en las empresas o en las escuelas, sino en toda la sociedad en su conjunto”.

Sus duda surgen en el mecanismo de la iniciativa: si las empresas promoverán la lectura u obligarán a sus empleados a leer, si van a contratar a animadores de la lectura o van darle alguna capacitación al personal que designen.

“Ojalá lo hicieran, pero sinceramente lo dudo porque por decreto, porque digas ahora ‘en todas las empresas tiene que haber círculos de lectura o clubes de lectura’ no se logra nada si de verdad no logras que la gente se encante con la lectura. Necesitan preguntarse cuál es el tipo de lectura que quieren hacer, si la quieren hacer en conjunto o de manera individual”, afirma la impulsora de asociación civil Brigada para leer en libertad.

El orquestador de esta nueva iniciativa en la que figuran 43 empresas inscritas, de las cuales sólo LG comenzó a trabajar hace cuatro meses, dice que medir permite ver si se avanza o no se avanza.

“Por un lado nos impulsa a lograr la meta y por el otro es difícil mejorar lo que no mides. Nosotros si creemos en la medición, creemos en los resultados, creemos que es muy importante entender lo que está sucediendo para poder ir mejorando continuamente”, señaló el director general de Kimberly Clark de México, que apenas delinea desde dónde promover la lectura.

¿En serio creemos en Kimberly Clark y sus buenas intenciones? ¿O en Walmart? En qué concretamente se basa el presidente del Consejo de la Comunicación para augurarles éxito? ¿No suena más a vil mercadotecnia?

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