miércoles, 20 de marzo de 2013

Relato de un jamón‏

Estampas de la crisis en España



Relato de un jamón

Antonio Núñez

Fotograma de la película 'Jamón Jamón'
Fotograma de la película 'Jamón Jamón'

Como cada Navidad, mi tío enarboló el cuchillo y sentenció orgulloso: “Por esto, por esto los chinos matarían ”. A continuación me ofreció ceremoniosamente la hoja afilada del cuchillo para que retirara la loncha de jamón serrano que ondeaba en su extremo.
Mi tío, como yo, como todos, hablando de España es capaz de pasar varias veces de la euforia futbolística a la depresión apocalíptica en lo que tardas en bajarte un quinto. Encarnamos a la perfección la imagen que los señores de negro de la Unión Europea tienen de los españoles: hidalgos ciclotímicos.
El otro día paseaba por el barrio gótico de Barcelona ojeando el periódico. Superábamos los cinco millones de parados, la Corona se agrietaba, el papa dimitía. Descubrí que comía carne de caballo sin saberlo. Mi relato de país volaba en pedazos por los aires. Un político acusaba de antipatriotas a unos manifestantes porque –según él– sus quejas dañaban nuestro relato de país en los mercados exteriores, una herramienta crucial para proteger nuestras exportaciones. Le faltaba pedir a la ciudadanía que aguantara las calamidades en silencio, como hacían los viejos carteles propagandísticos de la guerra civil.
Aturdido, me paré ante una tienda que vendía jamón a los turistas. Olía de cine y las lonchas envasadas tenían una pinta estupenda. Miré los precios. No me lo podía permitir.
Entonces entró un turista chino y compró diez paquetes.

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