EQUINOCCIO DE PRIMAVERA
Ena Krite
A mi mente llegan fragmentos,
esquelas de vivencias
años color tutifruti
caricias sabor menta.
El caramelo derritiéndose
en los dedos de un niño
el helado muere
en los labios de la infanta.
Recuerdo haber dejado huellas en el betún
de un pastel relleno de manzana,
cuando las horas no tenían importancia
y el reloj era más un tic-tac que tiempo.
Mis manos carecían de temblor
mis ojos no eran furtivos
mi cabeza giraba en la órbita precisa
mis pasos no zigzagueaban.
Sólo florecemos una vez
nos marchitamos constantemente.
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