jueves, 23 de febrero de 2012

0029 RESEÑA

Reseña sobre la conferencia impartida por Carlos Monsiváis

LOS DESARROLLOS DE LA TOLERANCIA EN MÉXICO
Ena Krite
Son pocas las veces en que tenemos oportunidad de asistir a una conferenciaimpartida por un escritor de renombre, así que varios estudiantes de laFacultad de Humanidades de la Unach, nos dirigimos al lugar donde sería elevento. La cita se llevó a cabo en el auditorio del Centro Cultural JaimeSabines, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. El recinto fue llenándose, hasta que noquedaba un solo asiento disponible, no es de extrañar tomando en consideraciónque se trata de Carlos Monsiváis, reconocido por su aguda crítica y excelentesobras literarias.
La sesión inicia con una brevesemblanza que hace el periodista Carlos Martínez Anza sobre el escritor, dondemenciona sus múltiples facetas como ensayista, cronista y periodista. Monsiváistoma la palabra para hablar de los fenómenos religiosos y los procesossecularizadores. Ya en los 80 se sabe que no todos los mexicanos son católicos.El escritor hace una acotación para decir que este país machista está cambiandoradicalmente.
Agrega que en 1982 se habló por primeravez de pluralidad y fue Miguel de la Madrid quien aplica este término. Llegadoa este punto, surge una disputa entre varios jóvenes que intentan entrar a lasala por la fuerza, Monsiváis hace dos comentarios que provocan la risa de lospresentes: “Yo creo que deben dejar entrar a todos y nosotros nos vamos” y “sino nos dejan entrar, que nos dejen salir”.
Cuando vuelve a reinar la calma enel auditorio y el silencio invade cada butaca, el conferencista retoma lapalabra para hacer un recorrido histórico: En 1757 grandes reformistas seoponen a la tolerancia, proponen para el crecimiento del país, la intolerancia,es decir, se oponen a las libertades. En 1830, la Academia de Letrán en laCiudad de México enarbola la consigna: “No hay Dios, los hombres y lanaturaleza se sostienen por sí solos”. El escritor cita varios fragmentosreferentes a la “descristianización”. Menciona que Diego Rivera pintó un mural,en el que aparece en un pequeño detalle de la obra, las palabras: “No hayDios”, causando un escándalo público. Ya por 1815, Joaquín López de Lizardipublica el primer alegato a favor de la tolerancia, o mejor dicho, contra laintolerancia.
A la tolerancia la definimos como lafacultad de soportar que una persona piense distinto a nosotros. De improvisose escucha en la sala una voz que dice: “Adelante”, hecho que no pasadesapercibido al genial sentido del humor de Monsiváis, que exclama: “Adelanteyo o ellos. Pido tolerancia”, el público aplaude el comentario chusco.
El escritor continúa aportando másdatos históricos: De 1926 a 1940 se da la Cristíada, es decir, se danenfrentamientos campesinos, se presenta un abandono del clero y a la par surgela fanatización. En 1940, el presidente Ávila Camacho dice: “Soy católico”, sinembargo, en los periódicos se leía: “Soy creyente”.
Carlos Monsiváis hace un paréntesispara recomendar el libro Alfilo del agua de Agustín Yáñez, considerada una novelafreudiana, donde se refleja un claro caso de “ansiedad fornicatoria”. Asimismo,ejemplifica un eufemismo de la intolerancia, que vienen a ser la moral y lasbuenas costumbres, cuando él le ha preguntado a las personas qué es eso, le hanrespondido: “Si usted no lo sabe, es un pecador”. En consecuencia, se esintolerante en cuanto a la delincuencia.
A lo largo de la charla no podíanfaltar alusiones al cine, siendo Monsiváis un cinéfilo, dice que el cinemexicano tenía una única campaña de ridiculización, que eran las beatas y lossacerdotes. Con cierta sorna describe las clasificaciones para ver películas:“A” es para niños, es decir, toda la familia; “B” para adolescentes mayores de30 años; y “C” para adultos con riesgo de perder su alma. En las películas del“can can” al mambo, aparecen las beatas con cara de coito no realizado.
El escritor sufre un ataque de tos y cuando nuevamente puede hablar, externa: “Le aburrió a mi garganta la conferencia, por eso tose tanto, es una garganta autocrítica”. Volviendo al tema dice que los mochos decían que el ombligo es la raíz del mal, de ahí que en las películas mexicanas no se permitiera a los actores enseñarlo.
Señala que la demografía vaejerciendo la intolerancia. Cuenta que un nuncio expresó: “A las sectas hay quetratarlas como a las moscas, a periodicasos”, una prueba clara de intoleranciareligiosa; otra más sería lo que dijo Juan Sandoval Íñiguez: “Se necesita notener madre para ser protestante”.
Después de una hora de plática, dainicio el diálogo entre los espectadores y Monsiváis añade con graciosa ironía:“Pedí que las preguntas fueran por escrito para facilitar la censura”, pues yaes sabido que la censura es una intolerancia. Sobre una pregunta que le hacen,él responde: “La mejor forma de practicar la tolerancia es apreciar la grandiversidad existente”. Ante otro cuestionamiento, dice que se marcan comoaberraciones las actitudes intolerantes. Menciona que la intolerancia recaeprincipalmente en los protestantes, los homosexuales y las mujeres; laintolerancia hacia la mujer se denomina sexismo. Y concluye que Diego Fernándezde Cevallos cometió una actitud intolerante contra los homosexuales, denotandouna carga llena de prejuicios.
Termina la conferencia, nosretiramos y procuramos no empujarnos, es decir, respetamos la lentitud dealgunos compañeros sin enojarnos e insultarlos. En lo que respecta a mí,aprendí a tener paciencia y no molestarme si alguien no está de acuerdo con mi manerade pensar. He comprendido que este mundo sería muy aburrido si todos fuéramosiguales. Los contrastes hacen de esta vida, un lugar más hermoso, másmisterioso y más interesante. Si la tolerancia prevaleciera en todos losrincones del orbe, éste brillaría tanto que el cielo y la tierra serían unaunidad.

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
19 de marzo de 2002

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