domingo, 29 de julio de 2012

Jornada electoral

 





El primero de julio, como representante de partido*, además de vigilar toda la jornada, debía reportar cualquier anomalía que observara a través de escritos de incidencia, al final de la jornada entregué siete reportes al presidente de la casilla.

Ninguno de ellos fue en contra de un partido, sino por deficiencias de los funcionarios, entre los más graves: No se contabilizaron ni firmaron las boletas (lo que daba pie a duplicación o robo de las mismas), proselitismo en contra del partido que representaba por parte del presidente de casilla y el acceso al voto a una persona sin credencial de elector.

Pude haber pasado muchos más escritos de incidencia, pero no podía culpar a los funcionarios por el resultado de la mala capacitación que recibieron; aunque suene a justificación, era evidente que no era su culpa, los errores que cometían era por ignorancia y prejuicio, en el caso del proselitismo que vino de una persona de más de ochenta años con la que por puro respeto no me iba a poner a discutir.

Aquí lo reprobable es la deficiencia por parte del IFE para capacitar a funcionarios, además de su poco criterio para elegirlos, independientemente del sistema para escogerlos al azar.

Cuando estás viendo que es una persona a la que ya le cuesta trabajo caminar y moverse, sin mencionar su poca disposición al diálogo, no lo vas a poner como presidente de casilla, tampoco como escrutador a alguien con dolores evidentes de pierna por los que debe utilizar silla de ruedas y que está dispuesto a aguantar las inclemencias de la jornada sólo por recibir 270 pesos; esto es muy parecido a lo que hizo el PRI comprando votos aprovechándose de la necesidad de la gente.

 Y ya que menciono al PRI, me sorprendió a sobremanera el ejército que la coalición Compromiso por México tenía trabajando el día de la elección; tan solo en el área donde se instaló la casilla en la que permanecí, decenas de personas se movían y comunicaban manipulando listas extensas de nombres diferentes a la nominal, palomeando y tachando estas listas, preguntándose unos a otros si ya había ido fulano o mengano a votar, lo que inmediatamente me hacía pensar en el acarreo puro y desmedido, pero sin pruebas para comprobar nada.

Eso ha sido justo lo que ha pasado, se ha actuado impunemente, se ha hecho todo lo que no se debe hacer, al margen de la ley, porque las instituciones no han podido –o querido– aplicarla.

Creo que el proceso electoral ha sido indignante en todos los niveles, desde el funcionario que no supo tomar en serio su papel, hasta los gastos millonarios de campaña que, lejos de saber si han rebasado los topes, son gastos absurdos y groseros, cuando en el país a quienes no tienen derecho a educación, salud y/o vivienda, y todo para que al final, el ganador no sea el que haya elegido la mayoría, ya no digamos de los mexicanos, sólo de los votantes.

Aunque hay excepciones de capacidad, conciencia y buenas intenciones, en lo general ha sido evidente que el sistema electoral no funciona, que el IFE y la FEPADE deben renovarse o morir.

 Con todo, entiendo que como ciudadanos no basta con haber votado, haber sido funcionarios, observadores o representantes; no basta haber denunciado delitos electorales, no basta indignarnos y protestar.

 Si no estamos de acuerdo en la manera en que se han llevado a cabo las elecciones, tenemos el derecho y la obligación de estar informados sobre los las impugnaciones, las razones, viabilidades y consecuencia de las mismas; la manera de actuar de las instituciones ante las denuncias, y saber si estas acciones están apegadas a la ley; si la ley no funciona demandar al legislativo que se modifique y se cumpla.

Son muchas las acciones civiles que se están llevando a cabo, si no es posible acudir a las movilizaciones podemos unirnos a la veda de productos y servicios que han favorecido a la crisis político-electoral en nuestro país, difundir la información responsable y fundamentada que circula en las redes sociales, ser portavoz de lo que no ocupa tiempos en los medios, sobre todo dirigiéndonos a las personas que no tienen acceso a internet.

Cualquier acción a favor de la democracia es útil y necesaria, para que cuando obtengamos una resolución benéfica, estemos listos para trabajar responsable y honesta y asertivamente en lo que a cada quien le corresponda. Ojalá.


*No es que esté afiliada a partido alguno, sino que ante las múltiples trabas que encontré en un distrito de Tlalnepantla para registrarme como observadora, tomé la invitación de un amigo para ser representante, sólo con el interés de seguir de cerca la jornada electoral.



Ruth Sara Regalado Soriano

Vinculación de Eventos Culturales

FES Cuautitlán - UNAM

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