Dos leones amigos, bien tigrazos para
conquistar leonas, fueron sorprendidos
por el rey Juan Carlos y un grupo de plebeyos cazadores. "Patas reales,
¡para qué os quiero?", se dijeron y diéronse a la fuga.
En la huida cada uno partió con rumbo
diferente.
Uno fue para la selva y el otro para el
centro de la ciudad.
Los buscaron por todos lados y nadie los
encontró.
Después de un mes y para sorpresa de todos,
volvió el león que había huido para la selva.
Regresó flaco, famélico y afiebrado. Fue
reconducido a la jaula.
Pasaron ocho meses y nadie se acordó del león
que había ido para la ciudad hasta que un día el león fue recapturado y llevado
al zoo.
Estaba gordo, sano, desbordante de salud.
Al ponerlos juntos, el león que huyó para la
selva le pregunta a su colega:
- ¿Cómo estuviste en la ciudad tanto tiempo y
regresas tan bien de salud ? Yo fui a la selva y tuve que regresar porque casi
no encontraba que comer.
- ¿Y, por qué regresaste?, ¿se acabaron los
diputados?
* un coordinador de bancada,
* dos jefes de comisión,
* cinco diputados del verde,
* tres de Convergencia,
* seis del PRI
* tres del PAN
* diez asesores,
* dos del PRD
* uno del PT
* doce secretarias,
* quince choferes y nadie los dio por
desaparecidos…
Pero un día que me comí al que servía el café…
¡ Ahí se fregó todo!
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